La Taula de Canvi de Barcelona

La Taula de Canvi o mesa de cambio de Barcelona puede considerarse uno de los primeros bancos públicos de Europa, predecesora de los actuales bancos centrales.

A finales del siglo XIV, Cataluña sufre una crisis económica provocada por la peste de 1348, las revueltas sociales y la expulsión de la mayor parte de los judíos. Las bancas privadas del momento son inestables y no cuentan con la confianza de los ciudadanos ni de las instituciones. Es en este contexto de inestabilidad del sector privado, que el Consejo de Cien de Barcelona crea en 1401 la Mesa de Cambio con la garantía de la ciudad para tener sus depósitos y también como instrumento para gestionar sus emisiones de deuda. Más información sobre esta crisis en https://wordpress.com/post/jackchatterley.wordpress.com/4353

En el mundo medieval hacían el papel de cambistas los monasterios, en cambio, en las ciudades se habían especializado en ese oficio los judíos, a los que la gente tildaba de usureros. Decían que se aprovechaban de la necesidad ajena y ellos se defendían diciendo que solo ofrecían un servicio.

El 5 de agosto de 1391 la comunidad judía de Barcelona fue casi aniquilada. Asesinaron a 300 de los 4000 judíos. Entonces era la comunidad extranjera más numerosa, sobre todo, desde la llegada (1257) de los judíos expulsados de Francia. Más información sobre los sucesos de 1391 en: https://wordpress.com/post/jackchatterley.wordpress.com/4401

Mientras la mayor parte de la población pasaba hambre, por el puerto de Barcelona llegaban grandes fortunas. La Llotja de Mar era el epicentro de los negocios controlados por una élite de mercaderes.

Su sede se había inaugurado en 1392. Aquí se asentó el Consolat de Mar, el consulado de mal, una agrupación de armadores y comerciantes para regular el comercio marítimo y la normativa portuaria. El libro del Consolat de Mar recopiló toda la legislación (XIV). Fue el primer código marítimo a nivel mundial.

Los comerciantes que llegaban al puerto necesitaban dejar en depósito parte de sus ganancias o cambiar moneda pues circulaban más de 50 tipos de moneda diferentes. Acudían a los cambistas situados en el puerto y junto a los mercados. Los más reputados estaban en la calle Canvis Vells, los menos fiables pero a veces más rentables estaban en la calle Canvis Nous.

Las transacciones las hacían en sus mostradores cubiertos con un tapete con el escudo de armas de la ciudad, la cruz de Sant Jordi. En esas mesas ponían su balanza y sus libros de cuentas. Sus negocios no estaban bajo control de ninguna entidad. Eran frecuentes las malas prácticas y engaños.

Nace la Taula de Canvi

Para aportar seguridad y garantías que no podían ofrecer los prestamistas, el rey Martín el Humano autorizó al Consell de Cent a establecer un novedoso sistema de control que ya había probado en Jaca: la llamada “taula de canvi» o Mesa de Cambio de Barcelona. La “Mesa” actuaba sobre todo como depósito de la tesorería municipal. No anulaba a la banca privada, la complementaba, sobre todo para dar crédito a proyectos comerciales de largas distancias que necesitaban una gran financiacion para llevarse a cabo.

La institución dio lugar a los llamados “Usatges”, un conjunto de normas en las transacciones financieras, la base del derecho constitucional catalán. La diferencia con las casas de cambio privadas era que tenía el aval municipal y el dinero recaudado contribuía a las arcas de la ciudad. Se encargaba de custodiar el excedente de los impuestos, amortizar la Deuda de la ciudad y pagar las obras públicas. Desde 1413 fue el banco de la Generalitat y financió al Consell de Cent para el pago de intereses.

Los administradores de la Taula de Canvi, también llamados regidores o taulers, eran siempre dos, un miembro del estamento de los ciudadanos y otro de los comerciantes. Las transacciones se supervisaban en la sala de contrataciones. Sabemos que el primer tauler fue Guillem Colom i Saplana.

Si veían indicios de prácticas ilegales, enviaban al mercader a la justicia y rompían su mostrador a golpe de mazas. Los comerciantes italianos, estupefactos al presenciar esos hechos, popularizaron la expresión “bancarrota”.

La Mesa también estaba abierta a los ciudadanos y otras instituciones, lo que la convirtió en el primer banco público europeo. El éxito le acompañó y en 1413 era también el banco de la Generalitat y pocos años más tarde también de la Iglesia y del rey. En 1433 consta que gestionaba 1.500 cuentas, que es tanto como decir que tenía de cliente a una de cada 4 familias de la ciudad de Barcelona, ​​de 30.000 habitantes.

El éxito de la Taula de Barcelona animó a otras doce ciudades de la Corona de Aragón a copiar el modelo (Mallorca, Perpiñán, Valencia, Tarragona, Gerona, Zaragoza, Vic, Tortosa, Lérida (1589), Olot, Cervera (1559) y Manresa). Inspiró a la creación de bancos públicos municipales como el de Palermo (1552), de Nápoles, el banco de la Piazza del Rialto (1587), la Banca de Messina (1587), el Banco di Sant’Ambrogio de Milán (1597).

La Taula de Canvi llegó a situar, durante el Compromiso de Caspe, a Fernando de Trastámara como pretendiente al trono de la Corona de Aragón (1412). Contribuyó a financiar el primer y el segundo viaje de Colón.

Inicialmente la Mesa de Cambio tuvo su sede en la Lonja de Mar, hasta que en 1588 se instaló en un nuevo edificio en la actual plaza de San Jaime. En 1837 se renovó este edificio, que finalmente fue derribado en 1902 para construir la sede de la Caixa de Barcelona.

La Mesa de Cambio de Barcelona siguió funcionando normalmente hasta que el Decreto de Nueva Planta de 1716 la desvinculó del Ayuntamiento y la hizo depender del rey. A partir de entonces fue disminuyendo su actividad hasta que desapareció definitivamente en 1865.

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